12.11.12

plantar árboles

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WANGARI MAATHAI, LA MUJER ÁRBOL Y PREMIO NOBEL DE LA PAZ A LA QUE LE GUSTABA PENSAR QUE EL CIELO ERA VERDE. MENSAJE DE WANGARI MAATHAI PARA LA FAMILIA ARCO IRIS
Wangari Maathai, fundadora del «Movimiento Cinturón Verde» Kenia, 1 de abril de 1940, 25 septiembre del 2011. Premio Nobel de la Paz en 2004.

Querida Familia, está siendo para mí conmovedor y profundamente emocionante presentaros hoy a esta bellísima mujer africana, defensora a ultranza de la vida, creadora del Movimiento Cinturón Verde que se ha extendido por todo el mundo. Ella demuestra que la determinación del Femenino Sagrado, defensor a ultranza de la Vida, porque la valora, no conoce límites ni fronteras.
Gracias Wangari por habernos dejado tu bellísima e inspiradora estela, ahora no podemos decir ‘no se puede’ solo en todo caso ‘no puedo, porque no quiero’.

¡Vida la bella Vida Materna que vuelve con plena presencia a nuestra amada Madre Tierra!


EL EJEMPLO DE VIDA DE WANGARI MAATHAI
La Premio Nobel de la Paz, Wangari Maathai, nos ha enseñado que el cambio es posible, si hay persistencia. La primera mujer africana en doctorarse, feminista, defensora de la paz y fundadora del Movimiento Cinturón Verde. Su muerte no nos deja indiferentes, hacemos un repaso a su historia:
En los tiempos que corren es necesario recordar a personas como la Premio Nobel de la Paz, Wangari Maathai, que falleció el 25 de septiembre de 2011, tras su última lucha, contra un largo cáncer de huesos.
“Toda persona que haya logrado algo ha sido derribada varias veces. Pero todas ellas se ha levantado y ha continuado, y eso es lo que siempre he tratado de hacer.” Preciosas palabras de la activista recogidas en el web del movimiento Cinturon Verde, del que fue fundadora. Y es que Wangari Maathai nunca desistió en su intento:

La primera revolución, la educación

Wangari Maathai consiguió escolarizarse en una década, la de 1940, en que muy pocas niñas kenyanas iban a la escuela. Con 20 años consiguió una beca para terminar sus estudios universitarios en Estados Unidos y después en Alemania. En 1966 regresó a su país, ya independizado, pero con muchos retos por afrontar en el ámbito social. Poco después se unió a la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de Nairobi. En 1971 se doctoró, la primera mujer en África oriental y central, y se convirtió también en la primera mujer en presidir un departamento en la universidad y en ser nombrada profesora.
Siete árboles en un jardín

Otra revolución, de color verde, empezó con un empeño suyo, el de plantar árboles en su jardín, y con ellos las semillas del Movimiento Cinturón Verde, que se estableció oficialmente en 1977. El Green Belt Moviment- GBM ha movilizado a cientos de miles de mujeres y hombres a plantar más de 47 millones de árboles, la rehabilitación de entornos degradados y la mejora de la calidad de vida de las personas en situación de pobreza. El GBM hoy es uno de los programas de protección ambiental más potentes de África. Todo ello hizo que Maathai se ganara el apelativo afectuoso de Mujer Árbol, Tree Woman.
Mujeres y hombres son iguales

Pero la científica y humanista también buscó la manera de situar a las mujeres africanas en igualdad de condiciones que los hombres y luchó por la democratización de los derechos humanos. Precisamente uno de los objetivos del Movimiento Cinturón Verde fue el de mejorar la calidad de vida de las mujeres que reforestaban bosques y “vidas”, empoderándose y recuperando así la esencia de los valores vinculados a la tierra, la comunidad y la cultura.

Una lucha, el de la dignidad de la mujer, que vivió en carne propia. Madre de tres hijos, en 1980 se divorció de su marido, un antiguo parlamentario, que se separó de ella con el argumento de que “era demasiado educada, con demasiado carácter y demasiado éxito para poder controlarla”.
No hay paz sin desarrollo sostenible

El reconocimiento internacional le llegó en 2004 cuando el Comité Noruego del Premio Nobel de la Paz retó al mundo al otorgarle el Premio Nobel, ampliando así el significado de paz al de desarrollo sostenible, a una buena administración de la tierra y a la existencia de espacios democráticos. Hoy es éste un término totalmente aceptado por la comunidad, precisamente la semana pasada celebramos el Día Internacional por l.... Al anunciar el premio, el jurado del Nobel dijo que la profesora Maathai “se encuentra al frente de la lucha para promover el desarrollo social, económico y cultural ecológicamente viable en Kenia y en África” y elogió el “enfoque integral” de su trabajo.
De los árboles a la incidencia política

Además de su enemistad con la dictadura de Kenya, con diferentes gobiernos y de sus constantes visitas a la cárcel, en 1997 Maathai intentó entrar en la política keniana al presentarse a la presidencia del país, aspiración que se frustró cuando su partido retiró su candidatura días antes de las elecciones. En 2003 ocupó el cargo de viceministra de Medio Ambiente en Kenia, dónde aplicó a escala política sus teorías de desarrollo sostenible y trabajo comunitario, pero también desarrolló programas de promoción de la educación y la salud.

En los últimos años la profesora Maathai desempeñó un papel cada vez más importante en los esfuerzos globales para abordar el cambio climático y, concretamente, la defensa de la protección de los bosques nativos y la inclusión de la sociedad civil en las decisiones políticas, por ello, a partir de 2005 participó reiteradamente en grupos de trabajo y organismos internacionales. Además, intensificó su lucha, poniendo en entredicho el papel de las grandes fábricas y transnacionales que deterioran el ambiente y sólo buscan beneficios.
Legado bibliográfico
La profesora Maathai documentó su vida, el trabajo que ha llevado a cabo, y sus ideas en cuatro librosThe Green Belt Movement: Sharing the Approach and the Experience (2003), Unbowed (2006), The challenge for Africa ( 2008) y Replenishing the Earth: Spiritual Values for Healing Ourselves and the World (2010).

Por todo ello, y mucho más que queda por explicar aquí, le damos las gracias y le mandamos un fuerte abrazo.

Wangari Maathai y el Movimiento Cinturón Verde

Cuando Wangari Maathai se convirtió en la primera mujer africana en recibir el Premio Nobel de la Paz en 2004, también se transformó en la primera persona ganadora del Nobel en relacionar el mantenimiento de la paz y la conservación del ambiente. "De hecho -dice Maathai-, el estado del ambiente de cualquier país es un reflejo de la clase de gobierno que tiene, y sin una buena gobernanza no puede haber paz".

Fragmentos de "Echando raíces: la visión de Wangari Maathai" revelan los inicios del Movimiento Cinturón Verde y el punto de quiebre del paisaje político keniano.

La fundadora del Movimiento Cinturón Verde Wangari Maathai obtuvo reconocimiento internacional cuando movilizó a las mujeres de Kenia para que plantaran árboles, derribó al dictador corrupto del país y se convirtió en la primera mujer africana en ganar el Premio Nobel de la Paz
El Movimiento Cinturón Verde alentó a las mujeres a formar grupos y armar viveros de árboles. Las mujeres ganaron experiencia no solo en el cuidado ambiental, sino también en organizarse por una causa en común.
La inquebrantable determinación de Wangari Maathai inspiró a una generación de kenianos a unirse a la causa ambiental y a expresarse en contra de los políticos corruptos.

"Mujer árbol" - Wangari Maathai

Su carácter siempre tenaz para salir adelante en los momentos más difíciles, así como el inmenso amor por su tierra y la naturaleza la convirtieron en una mujer excepcional. Les presentamos la vida de Wangari Maathai, conocida cariñosamente como "La Mujer Árbol".


En memoria de Wangari Maathai

La noticia de la muerte de Wangari Maathai el 25 de septiembre de 2011. En este reportaje de LA 2 NOTICIAS, se recoge información muy interesante sobre esta activista y profesora keniana.


MENSAJE DE WANGARI MAATHAI PARA LA FAMILIA ARCO IRIS

Querida Familia, confieso que mientras preparaba este post para publicarlo, he llorado varias veces, plena de emoción, al ver lo que la determinación femenina puede llegar a hacer, ¡hasta llegar a ser galardonada con el Premio Nobel de la Paz!

Tengo delante de mí a esta bella mujer africana, está serena, con las manos unidas en su regazo, mirándome maternalmente, con una bella sonrisa sedante…y yo no puedo dejar de llorar, no sé por qué, o quizás si lo sé…

Rowina Wamáni: Querida Wangari, me encanta tu nombre, tu estar, tu determinación, tu ejemplo de vida, tu enorme belleza femenina, tan maternal.

Hace tiempo que tenía ganas de hablar de ti a la Familia, hoy, por esas ‘casualidades’ de la vida, buscando una foto para ilustrar otro post, me he encontrado contigo, a la que llamaban ‘Mujer Árbol’. Yo también me considero Mujer Árbol, aunque no he plantado tantos árboles como tú has hecho, nuestros queridos hermanos sin los cuales no podemos vivir.

No sé por qué estás aquí, quizás te he llamado en mi corazón. Me alegra tu presencia, te siento tan en paz…será porque hiciste lo que tu corazón te pidió que hicieras, enfrentando de cara a la malicia…y al final, fuiste reconocida en el mundo blanco y se te concedió el Premio Nobel de la Paz en el 2004, ¡eso es justicia materna, ahí comprobaste que el cielo era verde, como sentías que era!

Adelante, querida hermana, en el nombre de la Familia Arco Iris, te doy la bienvenida.

Wangari: Sé por qué estás emocionada, tu causa es similar a la mía y aunque no pretendas conseguir el Premio Nobel de la Paz –yo jamás lo pretendí tampoco-, te lo mereces con creces, por lo que estás haciendo.

Yo pensaba y sentía que el cielo era verde, pero no lo podía comprobar, tú si lo haces, porque tienes ese poder de visión del cielo, sabes que sin el verde, nuestra vida habría perdido todo color, sabor y belleza. El verde nos seda, es el color de la vida, es la nota de alegría y de frescor de la naturaleza, que nos ordena siempre que estamos rodeados de ella.

Vives rodeada de una frondosa naturaleza porque así lo solicitaste en tu corazón. Querida mía, los árboles son MUY PODEROSOS, ahora, que desde aquí puedo ver muchas más cosas de las que antes veía, te puedo decir que los árboles están sosteniendo a los humanos mucho más que los que ellos creen y piensan. No solo son proveedores de recursos para facilitar la vida humana, sino que contienen la memoria de la vida natural, para que los humanos no olviden de donde proceden.

Mi pequeña, sigue adelante, con la misma fe y determinación con que haces todo en la vida. El cielo materno te observa, preserva y sostiene. Yo, que estoy en él, lo sé muy bien. Estás protegida y tu labor será recompensada con creces, con la vida bella, buena y verdadera que deseas y mereces, esa vida donde tu exterior te refleje cabalmente tu bello interior.

Ahora me quiero dirigir a la bella Familia de corazón hermoso comunitario que has conformado, a pesar de la distancia física que hay entre todos sus miembros.

Querida Familia, abracen a la Vida, abracen a cada árbol con el que se encuentren, planten vida, porque vida son ustedes, plantando vida cuidarán de su propio vida, siendo como el árbol, con los pies bien plantados en la fértil tierra y los brazos abiertos a las bendiciones del cielo materno.

Un momento sagrado se acerca para todos ustedes, todos los días son sagrados para la vida, pero hay un día en especial, donde lo materno estará muy presente en sus vidas para quien decida sentirlo, ese día está muy cerca. Abracen a su materno corazón, sean maternos en todo lo que hagan, maternicen la vida, llénenla de ternura, de amor, de compromiso, de defensa de la naturaleza, porque ella es la que les sostiene en verdad vivos y plenos de salud y alegría.

Ahora me voy, pero me quedo en sus corazones, llámenme en ellos siempre que así lo deseen, como hoy ha hecho mi querida Rowina Wamáni, de quien soy guía, ahora lo sabe, porque lo acabo de decir públicamente, es por eso que se ha emocionado cuando me ha visto, porque hace tiempo que la acompaño desde que defiende la Vida con tanta vehemencia como lo hace, así en la Tierra…como en el cielo, ella sabe a qué me refiero.

Queridos míos, quédense con la paz de la naturaleza que les traigo, quédense con mi mensaje y también con mi ejemplo de Vida: cuiden a los hermanos árboles, porque ellos les sostienen en pie, cuiden a Madre Tierra, porque ella es la Gran Madre que les contiene en su seno, mientras les canta una bella canción de cuna. Déjense mecer por la vida materna, y su transición será suave y sencilla. Les amo.

(se pone las manos en el corazón, me hace una flexión de cabeza y se va suavemente, como ha venido, mi querida Wangari…y yo sigo llorando)

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