Sauce: en verdad te digo que me das compasión,
como si fuera un nido se te ve el corazón.
Tu pecho, verde y claro, no puede guardar nada:
te penetra hasta el fondo la primera mirada.
Cuando desciende el sol ¡oh sauce! a iluminarte,
te atraviesa como un puñal de parte a parte
y a través de tus ramas perezosas y bellas
filtra toda la noche con su millón de estrellas.
Aprende, sauce, de ese ciprés fúnebre y mudo,
grave como un secreto y prieto como un nudo.
como si fuera un nido se te ve el corazón.
Tu pecho, verde y claro, no puede guardar nada:
te penetra hasta el fondo la primera mirada.
Cuando desciende el sol ¡oh sauce! a iluminarte,
te atraviesa como un puñal de parte a parte
y a través de tus ramas perezosas y bellas
filtra toda la noche con su millón de estrellas.
Aprende, sauce, de ese ciprés fúnebre y mudo,
grave como un secreto y prieto como un nudo.
En: Intermedio provinciano
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