En mi tierra el viento crece dentro de los árboles,
y la nostalgia corre por los campos dulcemente.
Y quizás, aun, te quiera como a muchos días,
al aire, a las nubes y a los pájaros que en el otoño
vuelan. Mi país me llena la boca
de una agria dulzura melancólica,
y miro sus cielos altos y sus árboles hermosos,
igual que una conquista. Y con ellos estoy cantando,
perdido, entre estas islas.
¡Oh, río, interminable tiempo!
En: Esta rosa oscura del aire
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