8.9.10

GLADYS LOPRETO - Rojo y negro

Mi sangre, rojo y negro.

Rojo de los antiguos hombres que poblaron la tierra,
fino fluido de la vida,
raíces que se abrazan
al tejido enterrado de árboles y de pájaros,
suave río caliente
que me inunda por dentro
trasportando canciones,
alumbrando mañanas y atardeceres,
susurrando
los deseos del aire que recorre los cuerpos,
los envuelve y los une
en comunión sagrada.

Los hematíes de mi sangre
llevan el antiguo fuego.

      Pero también
      un líquido plomizo,
      un hollín insidioso,
      entraron para siempre
      y anidaron el centro cordial de cada célula
      del río que surcaba transparente mi cuerpo.
      Entonces
      el aire no es gozoso,
      entra abriendo la carne con oscuros cuchillos
      y nos une a las sombras.

      Nunca más
      la alegría primigenia,
      nunca más
      la claridad del canto,
      En la laguna
      pesada asciende el agua
      bajo una lluvia fría y lenta que no acaba.

A veces
un brillo, una luz, una palma caliente,
es el rojo que brota,

      pero otras
      la cabeza se inclina agobiada de asfalto,
      grávida de negrura
      y no remonta el vuelo.

©Gladys Lopreto

1 comentario:

  1. Rojo, la sangre, señal de vida, se oscurece, se ennegrece: es el anhídrido carbónico, el plomo, el polvo de carbón de la mina, que penetra en lo más íntimo, produce la melancolía (melainos = negro), la tristeza, la pesadez del alma

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